domingo, 12 de diciembre de 2010

Algunos peligros no tan conocidos

La mayoría de la gente que pregunta o habla acerca de los peligros del mar suele centrarse siempre en la figura del tiburón. Y considerar al tiburón como un animal agresivo que supone un grave peligro para el hombre es una falsa y extendida creencia que carece de fundamento. Las estadísticas, los estudios científicos y la experiencia de cientos de submarinistas demuestran que no es cierto.
Evidentemente, no hay que molestar a un tiburón porque entonces corres el riesgo de que te ataque, como cualquier otra especie que se sienta amenzada. Pero la culpa del ataque será tuya, no del animal.
El mar, como muchos otros medios, evidentemente no está exento de peligros. Y más si tenemos en cuenta que no es nuestro medio natural. Algunos de esos peligros están ligados a la práctica del submarinismo exclusivamente, como la narcosis o los problemas de descompresión. Pero hay otros riesgos que no están relacionados con los efectos de la profundidad en nuestro cuerpo, sino que provienen de las especies que habitan el medio marino. Algunas de ellas son:

- Cono de mar:
  El Cono (Conus) es un molusco gasterópodo de la familia Conidae que habita en aguas del Índico y del Pacífico. Es un animal carnívoro que posee una glándula venenosa unida a un diente radular en forma de arpón que lanza a sus presas (puede atravesar los guantes y el traje de un submarinista). A través de ese órgano inocula un veneno muy potente que actúa sobre el sistema nervioso de las víctimas. Dicho veneno contiene cientos de compuestos diferentes y su composición varía mucho de unas especies a otras (algunos contienen la mortal tetrodotoxina).
Las presas más pequeñas quedan paralizadas al intanste, pero también puede paralizar y matar a especies mayores en unos pocos minutos, como al ser humano. Los síntomas incluyen dolor intenso, hinchazón, entumecimiento y hormigueo. Éstos pueden empezar inmediatamente o demorarse unos días. Muchas veces producen parálisis muscular, cambios en la percepción visual y fallo respiratorio que puede conducir a la muerte.
No hay antídotos, y el tratamiento consiste en soporte vital hasta que el veneno es metabolizado por la víctima.
¡¡¡Menudo caracol ehhh!!!

- Pulpo de anillos azules:
  El Hapalochlaena, más conocido como pulpo de anillos azules, es una especie de cefalópodo que habita en el Océano Pacífico. Tiene las dimensiones de una pelota de golf. Pero, a pesar de su reducido tamaño, posee veneno suficiente como para matar a 26 personas. Dicho veneno contiene una serie de toxinas, entre la que volvemos a encontrar a la tetrodotoxina, que bloquea los canales de sodio causando la parálisis motriz. Esta toxina es generada por unas bacterias que posee el pulpo en sus glándulas salivares y que, además, son las que le dotan de esos anillos azules tan característicos.
Este animal se alimenta principalmente de cangrejos y camarones, a los que arranca un trozo de caparazón para inocularles su potente veneno, paralizarlos y, finalmente, drenar su carne.
A priori, no hay riesgo de que tengamos una mala experiencia con uno de estos pequeños seres. Pero hay que tener mucho cuidado con ellos ya que, si se sienten atacados, se les pisa o toca por descuido, pueden atacar rápidamente. ¡Y ya habéis leido!

- Pez Piedra:
  Este animal quizás sea el más conocido de los citados, pero no por ello deja de ser un serio peligro si se sufre su picadura.
El pez piedra (Synanceia horrida) es la especie de actinopterigio más venenoso del mundo. Habita principalmente en aguas del Pacífico.
Su nombre se debe a que, cuando se camufla, es muy difícil diferenciarlo de una vulgar roca. Y es ahí donde radica el peligro ya que, al no verlo, se puede pisar con los pies descalzos, sufriendo la picadura con una de las púas de sus aletas. Hay que tener en cuenta que este pez tiene alrededor de 12-13 púas en la altea dorsal, 3 en la anal y 2 en la pélvica. Su picadura es muy dolorsa, alcanzando el nivel máximo pasada una hora. Lo peor es que el dolor viene acompañado de mareos, vómitos, cefalea, espasmos intestinales, hipertensión arterial, puediendo también llegar a producir arritmias cardiacas, parálisis muscular, convulsiones, coma y parada cardiorrespiratoria.
Este animal es totalmente pacífico y tranquilo (como la gran mayoría), se alimenta de pequeños peces y crustaceos. Tened cuidado de no pisarlo, no molestarlo y jamás tendréis un  pencarce con él.

- Avispa de mar:
  La Chironex fleckeri, más conocida como avispa de mar, está considerada la criatura más venenosa del planeta.
Aunque no se conoce con exactitud la zona donde habita, se sabe que vive en las aguas tropicales de Australia y otras áreas occidentales del Índico y del Pacífico.
El cuerpo principal de la medusa es translúcido, de color azulado y casi cuadrado (de ahí que también se la conozca como "medusa caja"). Del cuerpo salen 60 tentáculos cuya longitud aproximada de 80 cm cada uno.
Alcanza los 1,5 metros por segundo, velocidad más que suficiente para poder atrapar los peces de los que se alimenta (Pensabais que por el hecho de ser una medusa se desplazaría de forma lenta ehhh).
Para los bañistas supone un peligro muy grande ya que es muy dificil de ver por su trasparencia. El roce de de un tentáculo de la medusa con alguna parte del cuerpo supone recibir la picadura más venenosa jamás conocida. Ésta produce dolor intenso en todo el cuerpo, triplica el ritmo cardiaco y duplica la tensión arterial, terminando con una embolia cardíaca que lleva a la muerte. También se presentan otros síntomas como dificultad respiratoria, náuseas, vómitos, hinchazón y muerte del tejido cutáneo.
A pesar de todo, existen especies inmunes a su letal veneno como la tortuga, que se alimenta de ella sin sufrir daño alguno (quién fuera tortuga en caso de encontrarse con esta criatura).


Como habéis pordido leer, existen especies que, sin tener tanto renombre, pueden llegar a suponer un gran peligro para el ser humano. Ya sean estas cuatro, u otras que pueden hacernos pasar un mal rato (en mayor o menor medida) como el pez dragón, el coral de fuego, la serpiente marina, el erizo de fuego, etc.
Curioso al menos, ¿no?

martes, 9 de noviembre de 2010

SCUBAPRO MK25 - S600


A la hora de elegir un regulador, es recomendable preguntar a aquellos que tienen más experiencia.
Y eso hice yo. Pregunté a instructores, consulté en tiendas especializadas, visité foros de submarinistas, etc. Y de todos ellos saqué una idea clara: "Si puedes, cómprate un regulador con las dos etapas compensadas".
Una vez que se tiene esa idea clara, queda elegir modelos y marcas.

¿Por qué elegir scubapro?
Una vez más, es cuestión de gustos. Hay muchas marcas que ofrecen reguladores fiables y de alta calidad, como apeks, mares, cressi, aqualung o poseidon. Simplemente, yo me decanté por scubapro.
Aunque tengo que decir que mi decisión estuvo influenciada por el hecho de que la mayoría de submarinistas que conozco utilizan reguladores de esta marca y hablan muy bien de ella.
Espero poder hacer lo mismo yo a partir de ahora.

Dentro de scubapro hay una gama amplia de reguladores. Elegir uno u otro depende del uso que tengas pensado darle y, sobre todo, del presupuesto que dispongas. Aunque este elemento es, según cuentan todos los submarinistas con que me he cruzado, el más importante de todo el equipo. Recuerdo que un instructor me dijo con su regulador en la mano: "Esto es lo que te da la vida ahí abajo". Por lo que merece la pena gastase un poco más en él, ¿no?.
Además, si al principio te decantaste por la idea de un regulador con las dos etapas compenasadas, simplificas mucho la búsqueda. Así que, con todo esto, yo me decanté por el modelo de regulador con primera etapa MK25 y segunda etapa S600, cuyas principales características son:

- Primera etapa MK25: con cuerpo de latón cromado, tiene un sistema de pistón compensado que suministra una cantidad de aire significativaente mayor a la de otras primeras etapas. Tiene dos salidas de alta presión opuestas y cinco salidas de baja presión en una torreta pivotante que permite una rotación de 360º de los latiguillos. Estas cinco salidas de caudal elevado emiten cerca de un 15% más de aire que las salidas convenionales.

- Segunda etapa S600: posee una teconología de válvulas compensadas que reduce al máximo la tensión del muelle y, por tanto, la resistencia de inhalación; permitiéndo así una respiración fluida. La carcasa está moldeada con fibra de carbono, lo que supone mayor ligereza y mayor resistencia a la corrosión y al agua fría. Tiene una función de ajuste manual de esfuerzo de inhalación, va equipada con el sistema VIVA, posee una válvula de exhalación de caudal muy alto y tiene una boquilla ortodóntica que reduce la fatiga de la mandíbula.


La persona que me lo vendió me dijo que no podía decir nada malo de este modelo. Y también que con él tenía regulador para muchos años. Es un DiveMaster con muchos años de experiencia, por lo que creo que su juicio de valor tiene cierto peso. Aunque, independientemente de eso, por todo lo que he apuntado antes, yo creo que no está nada mal ¿y tú?

lunes, 1 de noviembre de 2010

Curso PADI Open Water Diver (2ª parte)

Una de las cosas que se aprende en el curso es que no se puede bucear cuando se está enfermo.
Y eso hizo que tuviese que retrasar la segunda parte de aguas abiertas unas semanas. Aunque todo llega. Y allí me planté yo, en Calpe, dispuesto a terminar lo que había empezado en Madrid.

El club con el que hice esta segunda etapa y que, finalmente, fue el que me certificó como buceador PADI OWD, era Dive & Dive. (http://www.divedivecompany.com/index.html)
No pretendo hacer publicidad de nadie pero, si alguien me pregunta dónde puede hacer submarinismo en la costa alicantina, sin duda le diré que vaya a este centro, donde va a gozar de buen ambiente y va a poder bucear con todas las garantías.

Lo más importante del curso es, desde mi punto de vista, el instructor que te toque. Y en ese sentido creo que fui afortunado. Me tocó uno cuyo concepto acerca de las normas y los procedimientos era bastante flexible, aunque no por ello dejaba de cuidar nuestra seguridad. Y, creedme, eso es una gran ventaja si se quiere disfrutar al máximo de las inmersiones.
Cuando llegué la primera mañana, me dijeron que me había tocado un equipo con un nivel alto. Eso hizo que me sintiera algo inseguro. Pero lo que no sabía es que yo también venía con una calificación alta de la parte de piscina de Madrid. Cuando lo supe me tranquilicé e, incluso, cogí confianza y seguridad.
Formar parte de un equipo que se defiende bien bajo el agua supone otra gran ventaja ya que permite disfrutar plenamente de cada momento sin tener que gastar mucho tiempo en hacer los ejercicios obligatorios (cuanto menos tardes en hacer los ejercicios, más tiempo tienes para bucear y explorar).

Cuatro fueron las inmersiones que realizamos a lo largo del fin de semana:

1. Cala El Racó:
Esta primera inmersión a los pies del Peñon de Ifach, que duró 50 minutos, la hicimos sobre los bosques de poseidoneas, a una profundidad inferior a los diez metros. Me asombró gratamente por la inmensa cantidad de peces que había a escasos metros de la orilla, a una profundidad de apenas dos metros. Nunca había visto tanta fauna marina junta en mis años como apneista ocasional.


2. Tres Piedras:
La segunda inmersión, desde barco, debe su nombre a que el punto donde se fondea es un fondo de arena situado entre tres grandes piedras.
Esta vez la profundidad fue algo mayor que en la primera, por lo que la inmersión fue un poco mas corta (duró 43 minutos). Pero eso no impidió que saliera con la misma buena sensación.


3. Cala El Racó:
Al día siguiente, volvimos a hacer una inmersión en la Cala del Racó. Realmente, entramos al mar por la cala, pero después nos alejamos cierta distancia de ella como ya hicimos la primera vez. Aunque esta inmersión, a diferencia de la primera, la hicimos por fondos arenosos junto a grandes paredes de roca, donde había una gran cantidad de anémonas y pepinos de mar (Holoturoideos).
La fauna no era tan abundante como en la zona de poseidoneas. Y por ello, quizás fue la inmersión que más frío me dejó en este sentido. Aunque eso no quiere decir que no disfrutase. Esta inmersión la utilizamos para mejorar nuestra flotabilidad y para hacer juegos, como correr por el fondo y dar volteretas, con los que disfrutamos mucho.


4. Final del Paseo:
Esta cuarta y última inmersión fue la mejor del fin de semana. Nos juntamos todos los alumnos en tres embarcaciones para dirigirnos juntos al punto de inmersión.
La inmersión trascurrió a los piés del peñón donde, en un fondo de roca y poseidonea, pudimos ver grandes bancos de peces.
Esta vez la profundidad fue bastante mayor que las anteriores. La inmersión duró menos, pero fue mucho más intensa. El tamaño y la cantidad de los peces era significativamente mayor de lo que habíamos visto hasta entonces. Llegamos a ver cinco morenas, un congrio y algunos pulpos. Otros grupos consiguienron ver hasta un espetón y una tortuga. Esto prueba que, una inmersión realizada el mismo día, a la misma hora y en el mismo punto, nunca es igual para dos o más submarinistas.


Con estas cuatro inmersiones finalizaba el curso. Tan solo quedaba felicitarnos, rellenar la documentación y recoger nuestro carné provisional.

POR FIN ERA UN BUCEADOR PADI OPEN WATER!!!

Después, ya en Madrid, solo tuve que enviar la documentación debidamente cumplimentada a las oficinas de PADI en Suiza. Y unos días después, me llegó a casa mi carné oficial de submarinista.

domingo, 17 de octubre de 2010

Curso PADI Open Water Diver (1ª parte)

Antes de nada, ¿por qué PADI?.
Hay diferentes organizaciones que te certifican como buceador (ACUC, FEDAS, PADI, CMAS...). Cada una tiene su sistema y sus peculiaridades.
Cuando me puse a buscar centros y clubes de buceo, lo primero que vi es que la mayor parte de la oferta del mercado la ocupan empresas que imparten cursos bajo la modalidad PADI. Hay una gran competencia entre ellas, por lo que puedes encontrar prácticamente las mejores ofertas si buscas bien (mi curso me costó alrededor de 120 euros menos del precio medio de mercado, ¡¡¡con alojamiento incluído!!!). Evidentemente, seguí la máxima del "bueno, bonito y barato".

Una vez pagado el curso, me entregaron un pack con dos manuales, un dvd, un log book y mucha publicidad de los diferentes cursos que ofrece PADI.
Antes del primer día del curso tuve que haberme estudiado los manuales, visto los videos y realizado las pruebas escritas de cada módulo. Tardé una semana dedicándole pequeños ratos cada día.

Y por fin llegó el primer fin de semana del curso!!!

Las prácticas de la primera parte del curso se realizan en piscina. A mi me tocó en el complejo deportivo HispaOcio de Villaviciosa de Odón, que no está nada mal. (http://www.hispaociovillaviciosa.com/)

Una vez allí, antes de que nos dejaran meternos en el agua, tuvimos que estar unas horas repasando las pruebas escritas y resolviendo las dudas que pudiésemos tener. Después, oímos las palabras tan deseadas: "vamos a por los equipos". Nos enseñaron qué era cada cosa, cómo se montaba y nos metimos en el agua.
Por fin respiré debajo del agua. Era la primera vez, ¡¡¡qué sensación!!! Parece una tontería, una acción sin importancia pero, para mi, hay que hacerlo y vivirlo para poder opinar acerca de ello.
Después vinieron los ejercicios típicos para familiarizarte con todos los elementos del equipo, para afrontar situaciones de emergencia, para saber movernos y estabilizarnos bajo el agua, etc. La mayoría resultó bastante sencillo.

Este primer fin de semana de aguas confinadas me gustó mucho. Aunque hay que decir que a mucha otra gente le resultó soso y aburrido. Supongo que, como todo, es cuestión de gustos.
La cuestión más importante es que ya teníamos la mitad del título de submarinista.

¿Qué me esperaría en la parte de aguas abiertas? Para saberlo tuve que esperar unas semanas.

viernes, 15 de octubre de 2010

Curiosidad por el mundo submarino

Mi interés por el mundo submarino surgió cuando apenas contaba con cinco años. Quizás fue porque mis padres me enseñaron a bucear antes que a nadar, o por la afición que mi padre siempre ha tenido al buceo y a la pesca. Seguramente sea una mezcla ambas, junto con otros factores inherentes a mi personalidad.

En fin, se puede decir que mi afición por el submarinismo surgió en el verano de 1987, año en que me compraron mis primeras gafas para bucear en las calas de Peñíscola (Costa del Azahar).
Por aquel entonces, la costa levantina estaba llena de vida. Nada más meterte en el agua ya tenías una multitud de peces rondándote por los pies. Daba gusto.

Con los años, cambié las gafas por una máscara, un tubo y unas aletas y comencé a hacer lo que hoy llamamos snorkeling. Y más tarde pasé a la apnea.
Cada año mi interés por conocer el mundo que había bajo el agua crecía más y más. Buceaba con familiares, con amigos... algunos de ellos con conocimientos mucho más amplios acerca de la práctica submarina que yo, de los que aprendí todo lo que pude.

Pasó el tiempo y cada vez me fui apartando más del submarinismo. Apenas buceaba una o dos veces al año en el lugar de playa que hubiese elegido para veranear.
Además, las playas y calas apenas tenían vida. Las pocas veces que buceaba solo veía unos cuantos erizos, algunos rascacios y pequeños ejemplares de peces que antes llenaban la costa como la salpa, la lisa o la oblada. Era un panorama muy triste. Démosle las gracias a la pesca de arrastre de los barcos, a la pesca masiva con caña, a la sustitución de las zonas naturales de costa por hormigón, al vertido de basuras al mar, etc.

Pasaron alrededor de 8 años sin que me metiese bajo el agua, hasta que en 2009 decidí pasar mis vacaciones en Mallorca.
Ese verano, al ver aquellas calas paradisíacas no pude resistir la tentación de bucear, aunque fuese solo (nota: no bucear solo nunca).
Por suerte, me llevé mis aletas, mi máscara y mi tubo de Madrid. Sabía que una isla podía darme la oportunidad de volver a bucear... y así fue.
Quedé impresionado por la cantidad de peces que había en calas cuya profundidad no pasaba de los 6 metros. Fue una gozada. Volvieron a renacer en mi las ganas de bucear y me dije: "¿por qué no me saco el título de buzo para poder hacer inmersiones con botella y explorar más a fondo el mundo submarino?"

Dicho y hecho. El verano de 2010 comencé mi nueva andadura: Me apunté a una escuela de buceo.